Vivimos en constante avaricia, deseando y deseando objetos materiales, y dejando toda nuestra felicidad en manos de nuestra capacidad de producción y de poseer. Nos “encartamos con cosas materiales” y finalmente volcamos nuestras vidas a una esclavitud, al querer preservar y aumentar ese número de posesiones. Nos estamos enredando en este ritmo frenético nosotros mismos. Mi pregunta es: que tanto estamos dejando de hacer que nos hace verdaderamente felices, por estar tratando de acumular riquezas, totalmente sumidos en el consumismo?
Todas estas situaciones están generando demasiado estrés e infelicidad en las personas, sumándole a esto el crecimiento y auge de las redes sociales, que nos permite estarnos comparando con diferentes personajes y realidades, que en determinadas situaciones ni son ejemplos a seguir.
Estamos haciendo lo que verdaderamente nos hace felices, o simplemente estamos desarrollando cierta actividad porque nos genera un excedente económico. Ahora, claramente debemos producir, estamos en un sistema que casi que nos obliga a desarrollar una tarea que sea remunerada para así subsistir, pero, realmente será importante el último tv o el último I Phone para ser felices?
Evidentemente, estamos siendo llevados a un estado de ingratitud constante, donde no nos sirve lo que tenemos, omitiendo una de las maneras más dichosas de vivir, que se encuentra en el agradecimiento constante. No sabemos hasta que punto pueden ser estas realidades espejos de ejemplo a seguir o cada vez nos pueden frustrar más.
En estos casos es importante una identidad definida, y la identificación de lo que es importante y necesario en nuestras vidas, sin llegar a los extremos de estar siendo partícipes de un deseo constante de comprar artículos que puedan llenar ciertos vacíos en nosotros, lo cual evidentemente no sucederá. Esa sensación que te dá el comprar, es completamente efímera. Por lo tanto estaremos siendo presos de una producción constante que pueda sostener esa esclavitud de compras vacías sin ningún tipo de objetividad.